Nuestro fin
Conformar para el Reino un Ejército aguerrido y valiente revestido de la armadura de Dios. (Ef 6, 10-20).
Naturaleza y fin
de nuestro Instituto
La naturaleza de nuestra Comunidad es apostólica y contemplativa.
Decimos apostólica, para remontarnos al grupo de los Doce y al fuego del Espíritu del primer Pentecostés. Bajo su acción, en la fuerte vivencia de Jesús Resucitado, oraron, se mantuvieron en contacto con Él y proclamaron el kerigma para el establecimiento del Reino de Dios en cada corazón y en las primeras comunidades cristianas (Cfr. Hch 2, 22-41).
Decimos contemplativa porque como Jesús, queremos permanecer en la presencia del Padre, glorificarlo, expiar e interceder por la salvación de los hermanos. Nos anima el ejemplo de Nuestra Señora y de su castísimo esposo San José, varón prudente y justo, en su total sumisión a la Voluntad del Señor.